"No duele el golpe, no existe el miedo. Quítate el polvo, ponte de pie y vuelves al ruedo... Ahora vamos por todo. Y te acompaña la suerte". Canta Shakira y los jugadores de Vicente del Bosque se vuelven locos con el "Waka-Waka, esto es África". No es la única canción que les une, con Alicia Keys y Alejandro Sanz han buscado el paraíso en cada traslado, antes y después.
Otra vez, el lateral derecho, Sergio Ramos, se encargó de seleccionar la música al grupo aunque esta vez, después de los partidos, no le quedó opción: Waka-Waka, cantaban en el vestuario los jugadores españoles el día que la reina Sofía bajó a felicitarles por la victoria en la semifinal contra Alemania. Había que ver como cantaban los catalufos, nombre con el que Iker Casillas se refiere al núcleo duro de los jugadores del Barcelona, a los que se suman por pura querencia Cesc, Llorente y especialmente, Javi Martínez, una de las sorpresas del campeonato de puertas adentro.
"Hay que empezar de cero. Para tocar el cielo. Ahora vamos por todo y todos vamos por ello Tsamina mina sangalewa. Porque esto es África, waka-waka, esto es África", canta Shakira y cantan los futbolistas españoles que después de cada victoria celebraban tanto el triunfo como el premio que les esperaba al día siguiente.
El día de fiesta, el día libre, no había ensaladas ni pasta ni avestruz ni pescado; el médico miraba a otro lado y los jugadores se daban un homenaje: tortilla de patatas, chistorrita y jamón. Es cierto que más de uno, cuando le daba el mono, se programaba una entrevista en la carpa -eufemismo que identificaba la zona de atención a los medios, en realidad, el polideportivo de la North West University- donde los futbolistas encontraban la complicidad del Panichi, maestro jamonero sevillano que cortó 16 jamones para deleite de los medios y de los jugadores que, pícaros, se saltaron la dieta.
Los jugadores se las han ingeniado todas con tal de que se les pasara el mes lo más rápido posible. Camino del paraíso, se evaporaron las dos primeras semanas, seguramente porque la porra organizada por Puyol fue reñida -se la llevaron Piqué y Mata; Capdevila fue segundo- y porque había partidos a todas horas por tele. Algunos siguieron los partidos de Pau Gasol. Otros la final de Wimbledon de Rafa Nadal. Pero, a la larga, quedan muchas horas muertas, así que terminó siendo una tortura contar las horas que les separaban de los partidos. Apareció este año el parchís impulsado por los más jóvenes, como el ping pong, cayó un poco el consumo de la play y siguió jugándose mucho a la pocha, con el capitán al frente, y también a la carta corrida.
"¡Tongo eh, eh! ¡Tongo eh, eh!, Tsamina mina sangalewa anawa ah ah, anawa ah ah, porque esto es África, porque esto es África", cantaba Shakira y cantaban los futbolistas en las dos salidas que les programó la agencia de viajes del Corte Inglés. La primera tras la derrota ante Suiza, la última después de ganar a Chile. La primera a un safari, la segunda a una barbacoa, tras visitar el cráter que generó la caída de un meteorito.
Si hace dos años más de uno se vio enteritas las cuatro primeras temporadas de Lost, en esta ocasión la serie más vista fue Hijos de la Anarquía, aunque a Arbeloa se le viera mucho con su nuevo iPad y Puyi, que le regaló un ejemplar de la última colección de relojes que lleva su nombre a todos los futbolistas, pasara buenos ratos leyendo Los secretos de la roja, el libro de Miguel Ángel Díaz, Miguelito, que rememora la gesta de la Eurocopa.
Como hace dos años, la fuerza de La Roja no fue otra que la unión del grupo. Porque nunca fue despectivo el tono con el que Casillas usó lo de catalufos, para llamar a sus compañeros catalanes, sino lleno de cariño y afecto, porque la tortilla de patatas y el jamón el día después de los partidos les supo a gloria, porque Marchena sigue siendo el pater, porque en la habitación de Capdevila se cocinaron maldades, porque al fin y al cabo, nunca una canción le cayó más al pelo que el Looking for paradise que cantaban camino del campo, buscando su gloria o el Waka-Waka de Shakira, que se ha convertido en un himno que les unirá toda la vida. Ya saben: "Llegaste aquí para brillar, lo tienes todo. La hora se acerca, es el momento. Vas a ganar cada batalla, ya lo presiento, waka-waka porque esto es África".
Otra vez, el lateral derecho, Sergio Ramos, se encargó de seleccionar la música al grupo aunque esta vez, después de los partidos, no le quedó opción: Waka-Waka, cantaban en el vestuario los jugadores españoles el día que la reina Sofía bajó a felicitarles por la victoria en la semifinal contra Alemania. Había que ver como cantaban los catalufos, nombre con el que Iker Casillas se refiere al núcleo duro de los jugadores del Barcelona, a los que se suman por pura querencia Cesc, Llorente y especialmente, Javi Martínez, una de las sorpresas del campeonato de puertas adentro.
"Hay que empezar de cero. Para tocar el cielo. Ahora vamos por todo y todos vamos por ello Tsamina mina sangalewa. Porque esto es África, waka-waka, esto es África", canta Shakira y cantan los futbolistas españoles que después de cada victoria celebraban tanto el triunfo como el premio que les esperaba al día siguiente.
El día de fiesta, el día libre, no había ensaladas ni pasta ni avestruz ni pescado; el médico miraba a otro lado y los jugadores se daban un homenaje: tortilla de patatas, chistorrita y jamón. Es cierto que más de uno, cuando le daba el mono, se programaba una entrevista en la carpa -eufemismo que identificaba la zona de atención a los medios, en realidad, el polideportivo de la North West University- donde los futbolistas encontraban la complicidad del Panichi, maestro jamonero sevillano que cortó 16 jamones para deleite de los medios y de los jugadores que, pícaros, se saltaron la dieta.
Los jugadores se las han ingeniado todas con tal de que se les pasara el mes lo más rápido posible. Camino del paraíso, se evaporaron las dos primeras semanas, seguramente porque la porra organizada por Puyol fue reñida -se la llevaron Piqué y Mata; Capdevila fue segundo- y porque había partidos a todas horas por tele. Algunos siguieron los partidos de Pau Gasol. Otros la final de Wimbledon de Rafa Nadal. Pero, a la larga, quedan muchas horas muertas, así que terminó siendo una tortura contar las horas que les separaban de los partidos. Apareció este año el parchís impulsado por los más jóvenes, como el ping pong, cayó un poco el consumo de la play y siguió jugándose mucho a la pocha, con el capitán al frente, y también a la carta corrida.
"¡Tongo eh, eh! ¡Tongo eh, eh!, Tsamina mina sangalewa anawa ah ah, anawa ah ah, porque esto es África, porque esto es África", cantaba Shakira y cantaban los futbolistas en las dos salidas que les programó la agencia de viajes del Corte Inglés. La primera tras la derrota ante Suiza, la última después de ganar a Chile. La primera a un safari, la segunda a una barbacoa, tras visitar el cráter que generó la caída de un meteorito.
Si hace dos años más de uno se vio enteritas las cuatro primeras temporadas de Lost, en esta ocasión la serie más vista fue Hijos de la Anarquía, aunque a Arbeloa se le viera mucho con su nuevo iPad y Puyi, que le regaló un ejemplar de la última colección de relojes que lleva su nombre a todos los futbolistas, pasara buenos ratos leyendo Los secretos de la roja, el libro de Miguel Ángel Díaz, Miguelito, que rememora la gesta de la Eurocopa.
Como hace dos años, la fuerza de La Roja no fue otra que la unión del grupo. Porque nunca fue despectivo el tono con el que Casillas usó lo de catalufos, para llamar a sus compañeros catalanes, sino lleno de cariño y afecto, porque la tortilla de patatas y el jamón el día después de los partidos les supo a gloria, porque Marchena sigue siendo el pater, porque en la habitación de Capdevila se cocinaron maldades, porque al fin y al cabo, nunca una canción le cayó más al pelo que el Looking for paradise que cantaban camino del campo, buscando su gloria o el Waka-Waka de Shakira, que se ha convertido en un himno que les unirá toda la vida. Ya saben: "Llegaste aquí para brillar, lo tienes todo. La hora se acerca, es el momento. Vas a ganar cada batalla, ya lo presiento, waka-waka porque esto es África".
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