La colombiana demostró, ante más de 85.000 personas, su status: una estrella con todas las letras, enseñando el camino a otras aspirantes a divas.
A las 19:00, y con la inmensa mayoría de los más de 80.000 asistentes aún entrando a la "Ciudad del Rock", Albertucho y "La Banda del Capitán Cobarde" abrieron esta segunda jornada de festival. Y lo hicieron ante un público de cinco personas, dos de los cuales estábamos al fondo y somos testigos de ello. Todo esto a pesar de que el escenario "Sunset" se encuentra ubicado junto a la entrada, lo cual tiene que hacer pensar a la organización en un horario de apertura más respetuoso con las bandas encargadas de comenzar las tardes del festival.
Y a partir de ahí, un derroche de improvisación, con el añadido de canciones de Raimundo y versiones de artistas como Lenny Kravitz. Durante su actuación, "Gerundinos" enseñaron al público madrileño qué es una superbanda, con increíbles solos (entre los que destacamos el efectuado por el bajista Pepe Bao, utilizando una botella de whiskey) y con colaboraciones varias. Al menos, al señor Bao lo volveremos a disfrutar con "O'funk'illo"... y al resto, lo iríamos a ver tocar en cualquier escenario del mundo.
Así es: debido a esa incompatibilidad de horarios, nos dividimos durante una hora para poder presenciar el concierto de Calle 13, o si lo prefieren René Pérez (Residente), Eduardo Cabra (Visitante) e Ileana Cabra (PG-13). Lo cierto es que no soy un gran conocedor del sonido Reggaeton y lo que he oído siempre me ha parecido aburrido y sin fondo, pero la sorpresa fue que los de Puerto Rico me arrancaron unos pasos de baile gracias a su ritmo más allá del simple sonido Reggaeton, y más de una sonrisa debido a las rimas que se gasta el amigo René. Una banda de ocho músicos latinoamericanos acompañaron a Calle 13 en su show durante algo más de una hora, donde se dedicaron a repasar sus tres discos con una actuación completa, directa, cuidada, alegre y en momentos hasta provocadora. René es todo un líder de masas y movió a sus anchas a más de 30.000 espectadores que disfrutaron de lo lindo (y me incluyo) con una gran actuación de los chicos de Calle 13. La sorpresa agradable del día.
Y tras ellos llegaría la primer actuación de Rihanna en España. Entre los compañeros de prensa se comentaba que la “niña” había pedido seis camerinos para ella y su equipo, algo totalmente desproporcionado, pero bueno las divas de la música comienzan cada día más temprano. Tras casi cuarenta y cinco minutos de retraso y varios intentos de: “esto arranca ya, ah! pues no”, la de Barbados salió al escenario con un show brutal lleno de coreografías, performances increíbles, un vestuario que hubiese firmado Madonna en los 90 y efectos visuales que encandilaron a la audiencia arrancando con “Hard”, pero... ¿Alguien se ha parado a escuchar su voz?.
El sonido se tornaba cada vez más embarullado donde la voz de Rihanna estaba muy por encima de toda la instrumentación, lo que hacía tarea difícil seguir la música. Pero lo extraño del asunto es que en todos los temas movidos la voz se completaba con un playback al mismo nivel de su voz que no nos permitía distinguir entre la voz directo y la grabada. Solo nos dábamos cuenta cuando se retiraba el micro de la boca y seguíamos oyendo la voz como si nada.
Tendríamos que esperar a los cortes lentos o baladas para poderla escuchar cantar de verdad y en su plenitud, y sinceramente tiene muy buena voz. Canciones como “Hate that i love you” donde comprobamos el verdadero potencial que tiene esta cría en la voz. Y donde pensamos que desenvuelve mejor, ya que se la veía más metida en los temas lentos que en sus clásicos festivos: “Don´t stop the music”, “SOS”, “Rude Boy”, “Live your life”, “Disturbia”..., o con el que cerraría su actuación “Umbrella”.
En definitiva un concierto muy lineal, donde la estética se sobre puso al arte, donde lo visual superó a la esencia de la música, pero... a la gran masa le gusta. La gente disfrutó con el concierto y si preguntases a la gente que le pareció la actuación te dirían que espectacular, porque eso es lo que presenciamos, un espectáculo, no a una artista. Nos queda el consuelo o la esperanza de creer que de aquí a unos años se desvinculará del sonido Dance, Hip hop, para adentrarse en sonidos más serios y donde podrá destacar como artista y no como producto. Si es así acertará.
Así que nos quedaba esperar a Shakira, y la colombiana comenzó arrasando desde su salida al escenario. al ritmo místico de "Ojos así". Todo sonrisas, baile y complicidad con el público, la artista enlazó con "Inevitable", "La tortura" y "Te dejo Madrid".Con cada golpe de cadera, sonrisa y canción de éxito, Shakira se metía en el bolsillo a los asistentes, respaldada por una banda muy correcta con la que también se apreciaba una sintonía total. El momento más emotivo fue el "estreno" en directo de la canción "Sale el Sol", que la artista dedicó a Gustavo Cerati, recientemente aquejado de problemas de salud. Y el público se crecía y se entregaba al igual que Shakira, sonriendo y disfrutando tanto como ella. Tal vez, alguna actuación previa tendría que tomar apuntes de cómo las verdaderas artistas, las que pueden ser llamadas "divas", tienen los pies en el suelo, aunque no paren de moverse por todo el escenario.
Hubo tiempo para "Suerte", Ciega Sordomuda" o "Si te vas", que Shakira alternaba con canciones más recientes, como "Loba" o "Gipsy". Con esta última abrió la ronda final, que completó una acuación redonda, que certificaba su triunfo en "Rock in Rio", con todos coreando ese "shakira, shakira" que forma parte de su "Hips Don't Lie" (camiseta de la selección española incluida, con su nombre impreso en la espalda). Minutos antes, había dejado su marca junto al invitado de la actuación, René Pérez de "Calle 13".
En resumen, Shakira cantó (con una voz impresionante, por cierto), bailó, sonrió, animó a la gente y trajo el espectáculo a Rock in Rio: una artista con mayúsculas, tras quince años ya de éxito.
Y tras la elegante, simpática y brutal Shakira, la fiesta electrónica comenzó con David Guetta, (no sin unos pequeños problemas de sonido antes de empezar) con el que muchísima gente se quedó tras el concierto de la colombiana, manteniendo a más de 50.000 personas en el recinto bailando al ritmo de sus éxitos: “Gettin´ Over”, “Sexy Bitch”, “Love is Gone”, “One love”, “The world is mine” o su último éxito y nº 1 en nuestro país: “When love takes over”. La verdad es que el francés corrió con más suerte que Paul Van Dyck el día anterior en cuanto a audiencia, pero hay que reconocerle el mérito a uno de los mejores Dj´s del momento que estuvo muy a la altura de las circunstancias y mantuvo la fiesta bien arriba.
Y otra noche más recogemos el chiringuito y nos vamos que se hace tarde, son las cinco de la mañana y al día siguiente hay que volver, así que hasta mañana cuando os contemos lo que haya pasado hoy con: Amy MacDonald, McFly, Miley Cyrus y el Sueño de Morfeo.
A las 19:00, y con la inmensa mayoría de los más de 80.000 asistentes aún entrando a la "Ciudad del Rock", Albertucho y "La Banda del Capitán Cobarde" abrieron esta segunda jornada de festival. Y lo hicieron ante un público de cinco personas, dos de los cuales estábamos al fondo y somos testigos de ello. Todo esto a pesar de que el escenario "Sunset" se encuentra ubicado junto a la entrada, lo cual tiene que hacer pensar a la organización en un horario de apertura más respetuoso con las bandas encargadas de comenzar las tardes del festival.
Y a partir de ahí, un derroche de improvisación, con el añadido de canciones de Raimundo y versiones de artistas como Lenny Kravitz. Durante su actuación, "Gerundinos" enseñaron al público madrileño qué es una superbanda, con increíbles solos (entre los que destacamos el efectuado por el bajista Pepe Bao, utilizando una botella de whiskey) y con colaboraciones varias. Al menos, al señor Bao lo volveremos a disfrutar con "O'funk'illo"... y al resto, lo iríamos a ver tocar en cualquier escenario del mundo.
Así es: debido a esa incompatibilidad de horarios, nos dividimos durante una hora para poder presenciar el concierto de Calle 13, o si lo prefieren René Pérez (Residente), Eduardo Cabra (Visitante) e Ileana Cabra (PG-13). Lo cierto es que no soy un gran conocedor del sonido Reggaeton y lo que he oído siempre me ha parecido aburrido y sin fondo, pero la sorpresa fue que los de Puerto Rico me arrancaron unos pasos de baile gracias a su ritmo más allá del simple sonido Reggaeton, y más de una sonrisa debido a las rimas que se gasta el amigo René. Una banda de ocho músicos latinoamericanos acompañaron a Calle 13 en su show durante algo más de una hora, donde se dedicaron a repasar sus tres discos con una actuación completa, directa, cuidada, alegre y en momentos hasta provocadora. René es todo un líder de masas y movió a sus anchas a más de 30.000 espectadores que disfrutaron de lo lindo (y me incluyo) con una gran actuación de los chicos de Calle 13. La sorpresa agradable del día.
Y tras ellos llegaría la primer actuación de Rihanna en España. Entre los compañeros de prensa se comentaba que la “niña” había pedido seis camerinos para ella y su equipo, algo totalmente desproporcionado, pero bueno las divas de la música comienzan cada día más temprano. Tras casi cuarenta y cinco minutos de retraso y varios intentos de: “esto arranca ya, ah! pues no”, la de Barbados salió al escenario con un show brutal lleno de coreografías, performances increíbles, un vestuario que hubiese firmado Madonna en los 90 y efectos visuales que encandilaron a la audiencia arrancando con “Hard”, pero... ¿Alguien se ha parado a escuchar su voz?.
El sonido se tornaba cada vez más embarullado donde la voz de Rihanna estaba muy por encima de toda la instrumentación, lo que hacía tarea difícil seguir la música. Pero lo extraño del asunto es que en todos los temas movidos la voz se completaba con un playback al mismo nivel de su voz que no nos permitía distinguir entre la voz directo y la grabada. Solo nos dábamos cuenta cuando se retiraba el micro de la boca y seguíamos oyendo la voz como si nada.
Tendríamos que esperar a los cortes lentos o baladas para poderla escuchar cantar de verdad y en su plenitud, y sinceramente tiene muy buena voz. Canciones como “Hate that i love you” donde comprobamos el verdadero potencial que tiene esta cría en la voz. Y donde pensamos que desenvuelve mejor, ya que se la veía más metida en los temas lentos que en sus clásicos festivos: “Don´t stop the music”, “SOS”, “Rude Boy”, “Live your life”, “Disturbia”..., o con el que cerraría su actuación “Umbrella”.
En definitiva un concierto muy lineal, donde la estética se sobre puso al arte, donde lo visual superó a la esencia de la música, pero... a la gran masa le gusta. La gente disfrutó con el concierto y si preguntases a la gente que le pareció la actuación te dirían que espectacular, porque eso es lo que presenciamos, un espectáculo, no a una artista. Nos queda el consuelo o la esperanza de creer que de aquí a unos años se desvinculará del sonido Dance, Hip hop, para adentrarse en sonidos más serios y donde podrá destacar como artista y no como producto. Si es así acertará.
Así que nos quedaba esperar a Shakira, y la colombiana comenzó arrasando desde su salida al escenario. al ritmo místico de "Ojos así". Todo sonrisas, baile y complicidad con el público, la artista enlazó con "Inevitable", "La tortura" y "Te dejo Madrid".Con cada golpe de cadera, sonrisa y canción de éxito, Shakira se metía en el bolsillo a los asistentes, respaldada por una banda muy correcta con la que también se apreciaba una sintonía total. El momento más emotivo fue el "estreno" en directo de la canción "Sale el Sol", que la artista dedicó a Gustavo Cerati, recientemente aquejado de problemas de salud. Y el público se crecía y se entregaba al igual que Shakira, sonriendo y disfrutando tanto como ella. Tal vez, alguna actuación previa tendría que tomar apuntes de cómo las verdaderas artistas, las que pueden ser llamadas "divas", tienen los pies en el suelo, aunque no paren de moverse por todo el escenario.
Hubo tiempo para "Suerte", Ciega Sordomuda" o "Si te vas", que Shakira alternaba con canciones más recientes, como "Loba" o "Gipsy". Con esta última abrió la ronda final, que completó una acuación redonda, que certificaba su triunfo en "Rock in Rio", con todos coreando ese "shakira, shakira" que forma parte de su "Hips Don't Lie" (camiseta de la selección española incluida, con su nombre impreso en la espalda). Minutos antes, había dejado su marca junto al invitado de la actuación, René Pérez de "Calle 13".
En resumen, Shakira cantó (con una voz impresionante, por cierto), bailó, sonrió, animó a la gente y trajo el espectáculo a Rock in Rio: una artista con mayúsculas, tras quince años ya de éxito.
Y tras la elegante, simpática y brutal Shakira, la fiesta electrónica comenzó con David Guetta, (no sin unos pequeños problemas de sonido antes de empezar) con el que muchísima gente se quedó tras el concierto de la colombiana, manteniendo a más de 50.000 personas en el recinto bailando al ritmo de sus éxitos: “Gettin´ Over”, “Sexy Bitch”, “Love is Gone”, “One love”, “The world is mine” o su último éxito y nº 1 en nuestro país: “When love takes over”. La verdad es que el francés corrió con más suerte que Paul Van Dyck el día anterior en cuanto a audiencia, pero hay que reconocerle el mérito a uno de los mejores Dj´s del momento que estuvo muy a la altura de las circunstancias y mantuvo la fiesta bien arriba.
Y otra noche más recogemos el chiringuito y nos vamos que se hace tarde, son las cinco de la mañana y al día siguiente hay que volver, así que hasta mañana cuando os contemos lo que haya pasado hoy con: Amy MacDonald, McFly, Miley Cyrus y el Sueño de Morfeo.
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